Con la ausencia de ese aliento tibio en mi oído,
escucho la cadencia que me devuelve a la cama verde,
Ahí donde me moteaste violeta
donde los sueños nos juntaron,
sentimos el perfume del pudor disipándose,
dejo de ser retozo,
la sangre viajaba en oleadas rojas
alcanzando cada poro
golpeando furiosa,
extinguida vi con pupilas concientes
hasta donde llegaba tu eco en mi interior
y lograba un silencio fastuoso
que me llena hasta ahogarme.
Hace tiempo que me despedí
mis uñas aún llevan tu sabor
y mi cabello tu esencia.
Sunday, September 18, 2005
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