Dobló los brazos y se recosto en la cama quedando boca arriba.
Un silencio flotaba en lo negro del cuarto, los alientos agitados cesaron de sincronizar.
- perdón, es que estoy nerviosa.
- ¿y eso?
- pues no se, la espectativa supongo.
- oh... relaja tus piernas, aquí encima.
- ok.
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