Anoche salí,
creíste esconderte tras tu sombra;
largas uñas siguieron tus delgados dedos.
Tapaste tu nariz aparentando rostro infantil,
pero el aliento exhalado
bailó con nostalgia fémina.
Me apresuré,
las suelas rechinaron,
rodaron piedras,
y sentí un ardor en la espalda.
Conforme aumentaba la velocidad,
surgieron dos miembros de mis omóplatos,
me quedé sin aire,
las alas agitaron la brisa,
mis tenis despegaron del cemento
y escape de tu alcance.
Tuesday, April 19, 2005
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