Salimos del castillo y nos encontramos en un seto mágico
simio espacial nos indicó donde se encontraba la cueva de hadas
caso omiso hicimos y continuamos explorando,
nos tornamos pasto,
a lo lejos dos luces,
una para cada cual
sin darnos cuenta vemos el rostro de dios,
interrumpiéndonos el guardián anuncia el toque de queda
¡Escondete!
Sus ojos sueltan fuego y pueden quemar tu cuerpo pastoso,
mientras Gautama nos da las gracias encontramos un sendero secreto
¡Un laberinto!
al llegar al primer tenedor del camino: ¡sorpresa!
la nube de aliento descendió y la acariciamos,
pero la carroza llegó
pronto mi vestido se convertiría en hojas de calabaza
y ella solo un sueño.
Sunday, July 17, 2005
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