Desenredo

Mientras imagino cual será
el sutil desenlace de esta obra grandílocua,
voy dejando pelusitas en los andares
para no perderme entre tanta degradación.

¡Porquería! Desgañita esta vecina pasajera
que no logra plasmar su idea
en el ingrato ordenador.

Escucho como melodía nefasta
las disputas de los últimos acontecimientos
de la relevante novela,
la migraña llega con su cosquilleo insistente,
enervando mi conciencia.

Harta de la escalofriante realidad,
nauseabunda confusión
de cifras indelebles en la piel.

Fantasía es la nueva nación
cuando resulta menos decadente,
hablar con arañas que idear con humanos...
Tiempo de crear.