Saturday, May 14, 2005

segunda de las "crónicas toperas"

Un señor Topo despertó esa tarde con aire profano,
Un aliento agrio emanó de su hocico,
¡Ganas de abusar zarigüeyas! ¡Hambres baratas! ¡Futilidad impúdica!,
Siguió maldiciendo desde su pequeña cámara, sin ansiedad alguna de lo que podrían oír los infantes champiñones que jugaban turista en la hierba.
Así suele ser éste señor Topo, que marchitando los musgos (que para nada son malhechores), sufren de los anatemas de éste indigno.

No comments: